¡Hola a todxs! ¿Qué tal estáis? Yo, como dirían los gallegos, con la morriña del viernes pasado, día 5 de noviembre. Y sí, digo una palabra gallega porque hoy vengo a hablaros de mi gallego favorito, Roi Méndez, y es que vengo con una crónica del concierto al que fui el viernes pasado. Me gustó muchísimo hacer la crónica de cuando fui a la feria del libro de Madrid porque así lo tengo como un recuerdo al que siempre voy a poder acudir cuando yo quiera para leer dentro de mi pequeño rincón de Internet y acordarme de lo que viví esos días. Por ello, he decidido hacer lo mismo con el concierto de Roi, que fue otro de los momentos más especiales de lo que llevamos de año, y de mi vida.
Antes de empezar, me gustaría poneros en contexto de lo que significa para mí Roi y de quién es él.
Roi Méndez, es un cantautor que durante bastantes años trabajó en orquestas de Galicia como guitarrista, pero dio su salto a la fama gracias al programa de Operación Triunfo, en 2017. En ese momento, yo estaba pasando por una muy mala época ya que tenía depresión, y Roi con su música fue una de las personas que me hacía desconectar, y no es que me curara o me salvara, pero sí que me hizo todo el proceso de salida de ese pozo un poquito más ameno. De hecho, me volvieron las ganas de dibujar después de mucho tiempo sin hacerlo gracias a él.
Fan art de Roi Méndez |
En enero de 2018, Roi salió de la academia, y aunque llorase un montón ese día, acabé alegrándome, pues su primera firma de discos de OT fuera del programa, fue en mi ciudad. Así que os podéis imaginar lo feliz que fui ese día, del cual no tengo ni una sola foto porque tenía el móvil roto y no encendía (aun así, el recuerdo no se me borrará jamás de la cabeza y eso es lo más bonito).
Después, a finales de 2019, anunció que vendría de gira a mi ciudad, y la fecha estába prevista para mayo de 2020, pero obviamente no se pudo hacer por la pandemia. De hecho recuerdo que ese día estaba súper triste, pero Roi me alegró el día con un solo tweet.
Después se aplazaron las fechas a noviembre de 2020 pero enseguida volvió a empeorar todo y prohibieron la apertura de las salas de conciertos, y aunque lo entendía me daba rabia porque no paraba de ver a gente sin respetar las medidas de seguridad, y no es que me diera rabia por mí, porque al fin y al cabo para mí no es lo más importante ir o no a un concierto porque solo es ocio, pero me daba rabia por Roi, porque es su trabajo y se tuvo que ver parado mientras los casos de Covid subían habiendo gente saltándose las normas.
Estuve un año, sin contar los meses de pandemia, esperando para verlo, un año pensando que no lo vería nunca, pero llegó el día, y esa frase de que lo bueno se hace esperar, cobró sentido para mí.
Y es que menudo conciertazo se marcó. Nos regaló algunas canciones de su disco, Mi lógico desorden (del cual hice reseña en su momento, y que podéis leer haciendo click AQUÍ) en acústico, también cantó otra que llevaba cantando en conciertos desde antes de la pandemia, y se trata de Interestelar, La misma dirección, que sacó hace poco con Cepeda, Aviones de papel, que la sacó con Sinsinati, versionó Mediterráneo, creando un momento muy mágico e íntimo y además, nos cantó dos canciones nuevas, que dijo que no iba a sacar, lo cual me parece un sacrilegio porque todo el mundo merece conocer tales maravillas. Estoy hablando, por supuesto, de Pause y Ahora que todo nos falla, con las cuales solté alguna que otra lagrimilla por todo lo que nos transmitió (y aunque me faltara la canción que da nombre a este blog, Nuclear, todo lo demás lo recompensó).
Al final del concierto, se bajó del escenario para hacerse fotos con el público, y no sé cómo, pero me reconoció. Ya conté en la crónica de la feria del libro de Madrid como Iria G Parente me reconoció por mis dibujos en la firma de Anne sin filtros, pero lo de Roi fue otro nivel. Es que ni siquiera había visto aún los dibujos que le había llevado para regalarle después del concierto y ya sabía quien era yo.
Fan art de La misma dirección |
He de decir que en una entrevista que le hicieron hace unos meses le enseñaron dibujos míos y dijo que me tenía controlada, pero es que no me imaginaba que fuera tanto. Y no sabéis la ilusión que me hizo cuando me dedicó el disco y me puso "Ole tú! Gracias por tu arte", cuando me dio la enhorabuena por mi talento, cuando me dijo que tenía muchas ganas de conocerme... Porque sí, más de una vez ha interactuado conmigo en Twitter o en Instagram, me ha mostrado su agradecimiento por mi apoyo cada vez que ha podido, y es precioso, pero que lo hiciera en persona es brutal. Ver su cara de ilusión mientras me daba las gracias por haber ido fue lo mejor y lo que hizo que tanto tiempo de espera hubiera merecido la pena. ¡Es que hasta me regaló el boli con el que me firmó el disco y ahora lo guardo con el mayor cariño del mundo!
Y es que lo digo siempre, pero ahora lo confirmo, Roi no solo es un artistazo encima del escenario, es que también es súper buena persona debajo de él. Es la persona más agradecida del mundo y todo el amor que le damos lo devuelve multiplicado por mil. Y de verdad, lo que consigue hacer solo con su voz, su guitarra y su looper es algo indescriptible, solo él es capaz de hacer un concierto acústico de pie y hacer que el público cante, se deje la voz, salte, llore, y a la vez crear un ambiente súper íntimo y especial. Lo hace todo precioso y brilla con luz propia, sin nada más, solo siendo él mismo.
¡Y esto es todo! Espero que os haya gustado esta entrada tan especial. ¿Conocíais a Roi vosotrxs? ¿Quién es vuestro artista favoritx? ¡Contadme!
Adiós 💛🌻
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