Siempre he pensado que la música que le gusta a una persona define perfectamente su manera de ser. Por eso, nunca me ha gustado compartir con todo el mundo lo que se escucha a través de mis auriculares. Al menos, no siempre.
Creo que hay una razón por la que alguien elige a un cantante o a un grupo como banda sonora de un trayecto en autobús, una ducha, un viaje largo, un simple paseo... En mi caso, siempre hay un por qué. Cuando una canción o un artista se convierte en mi favorito, se esconde una historia de gran importancia para mí.
Me pasó con Roi Méndez, con Raoul Vázquez, con Agoney Hernández... e incluso con Alfred García. Pero hoy no os voy a hablar de estos exconcursantes de OT2017. Hoy os voy a hablar de un grupo del que no he hablado nunca en el blog y que, de verdad, me han ayudado muchísimo últimamente. Se trata de The Script.
Los conocí gracias a una de mis mejores amigas, un día que le pedí que me recomendara canciones (porque pedir recomendaciones de música a mis amigxs es algo que me encanta hacer), y una de las canciones que me dijo fue Superheroes. En el momento en que escuché esa canción me pareció absolutamente maravillosa y decidí escuchar más canciones de este grupo formado por Danny O'Donoghue (voz, guitarra y teclado), Mark Sheehan (guitarra y voz) y Glen Power (batería y coros); convirtiéndose For the first time y Flares en mis favoritas.
Aún así, al principio sólo era un grupo del que me gustaban bastante sus canciones, pero en septiembre empecé a tener momentos malos, de bajón, ansiedad, momentos en los que me autosaboteaba, en los que pensaba que no servía para nada. Tenía que luchar constantemente contra esos monstruos porque sé perfectamente que esos pensamientos no reflejan para nada lo que soy pero aun así me hacen daño, y una persona me dijo que me pusiera música animada para huir de mi mente en esas situaciones. Y eso hice. Me puse a The Script, la única música animada que se me ocurría, y me sentí mejor. Y desde entonces siempre lo hago. Siempre recurro a ellos para mantener mi personalidad real, para que esa chica risueña, alegre y feliz no se esfume y no se vaya jamás de mi lado.
Hace poco se publicó su sexto álbum, Sunset & Full Moons, el cual tuve la oportunidad de comprar firmado. Y mentiría si dijera que no es de las mejores inversiones que he hecho. Es un disco de nueve canciones brutales, aunque si me tuviera que quedar con una sería sin duda If you don't love yourself, simplemente por el mensaje que transmite su letra, que parece que está hecho exclusivamente para mí. Antes de escuchar esa canción pensaba que había personas a las que quería más que a mí misma, pero eso es imposible. Si tú no te quieres, vas a desarrollar una dependencia emocional de la persona a la que crees querer, pero no la vas a querer bien. Eso es lo que me estaba pasando a mí, y con esa canción he aprendido que para querer bien a alguien, hay que aprender a querer a la persona que tenemos más cerca: nosotros.
Días más tarde, también me compré su quinto disco, Freedom Child, que además estaba bastante rebajado de precio, y estoy segura de que los iré comprando todos poco a poco.
Esta es una historia bastante personal que me apetecía compartir, así que también quería aprovechar para dejar por aquí su perfil de Spotify.
No hay comentarios:
Publicar un comentario